miércoles, 18 de mayo de 2016

El dolor es una mota de cal, que aparece y reaparece en la lucides temprana.
Juntábamos dialectos, apropiandonos de jerigonzas. Tu extraña abreviatura de silencios, soportaba levedades.
Mantente aquí _ susurrabas_ que los pasos de aprendiz, deben ser cuidadosos y bien ejecutados.
Porqué no me advertiste de la vastedad púrpura. Un gimoteo que parecía estrangular mis cuerdas vocales, me detenía. A quién le temes, me gritaste
_A la noche que adivina mis deseos_  A tanta luz que se extiende con criaturas ambiguas, a ese placer sospechoso que origina y acaba lamentándose.
 Negativas socarronas, los buitres nos espían y un páramo advenedizo, simula un ardid, bajo una llave relampagueante, que solo tú puedes coger.


lunes, 9 de mayo de 2016

Necia, por seguir la desvariación atolondrada de un primer amor. Pulsiones y arritmias, el cadáver se queda plasmado en la tierra.
Al tercero lo seguí inanimada, para acurrucarme en sus deseos, no fue necesario cortar las arterias, el chorro de sangre irrefrenable, bombeo hasta el final. Se enamoró de mi reflejo tardío, esa no era realmente yo. Le argumente sobre delirios falsos y me aleje cuál pérfida amante que abandona. Llevo huesos fracturados, colgajos de piel reclamando al hijo perdido, retasos de estrellas que resplandecen por nupcias irreales.
Si me concentro, puedo sentir el huracán que flota y reflota a cada momento. Para conjugar verbos debes repetirlos, para atravesar mi alma debes saber jugar a los espejos sin romperlos.