Las nubes

Infinito

Desazón,
una incomodidad presurosa.

 Entregame una razón
 para sostenerla con un palpito.

Noche y madrugada atienden a este frío escabroso.

 Huir o enfrentar a esa materia
 que me escarba y contrapone.

Sonrieme,
la tiniebla me nombra
Necesito pedirte que me recuerdes.

Perderse con facilidad,
 insana virtud

Ya no sé quién soy,
ni atiendo a tu amor.

Un sol asfixiante me quita el aire,

Olvido respirar,

Olvido

Todo lo infinito.

Sin retorno

Ya no me lees poemas al borde de la cama, cuando solías confundirme con tu amada.

El botón de pánico ya no es manoseado por tus manos neuróticas y el último fósforo para encender la cocina, ha sido humedecido por tu boca blasfema.

Cuando tú y yo corríamos desnudos detrás de las letras y metáforas, un caldo de cultivo se multiplicaba en el azucarero.

Cuando tus zapatos rotos eran la excusa perfecta para no acompañarme.

La niña ratón te contagio de hanta, mientras menea su cola le depositas larvas para que alucine ser uno de nosotros.

 No te engañes, un día deberás crecer y me verás llena de esplendor.

Tus padres seguirán construyendo manicomios y cementerios, cada quien acudiendo a su lápida.

Los prefacios que tanto te gustan siguen en mi cabellera alborotandose con las ráfagas, brillando con nuestro sol.

Es evidente ya no hay retorno, ni un poema, solo un adiós.

Inexactitud

Uno ya no sabe a qué juega ,
si a encontrarse adverso o policromado,
con tanto giro ridículo,
escaseando atmósferas propicias,
el bergamota crece en la explanada

Pasas imantado de abruptos
El sol difiere a todo pensamiento,
Estiras articulaciones, huesos y algo más.
Ensimismamiento tardío, ni agua, ni culpa, ni esmero.
Tocas presionando la médula
Toda falacia, podría convertirte en sustituto.
Arde la espera, como el rufián que no escatima en agravios, algo debe ser restituido.
Una mano incandescente, aferrada al hastío.
Todo lo que no sé, en el vértigo de un último abrazo.

Dosis justa

Mientras tomo café y busco el vértigo necesario, voy reordenando este pequeño mundo de las cosas: La vajilla, los atuendos para el frío o el calor, los alimentos en los estantes, la sal gruesa que se apelotona, barrer el polvo y las migas de pan, que se transforman en pequeñas adivinanzas, sobre un camino a seguir para volver a casa.
Quiero toallas mullidas con aroma a detergente, suavidad y tibieza al sacar el pillama de polar, de la secadora de ropa.
Quiero amigos silenciosos que me abracen sin motivos aparentes, una ronda de buenos deseos y cordura.
 Prendo velas aromáticas, revuelvo los cajones, limpio el espejo sin ver mi reflejo.
Al otro lado está la Artista trabajando afanosa, le digo _ven, no me gusta este cotidiano, el desorden me acompaña, no soy diestra en estos afanes_ Ella muy concentrada dirige mi mano, susurrandome: ¡Ahora, es ahora!

Diario de una inadaptada 19

Cuán grácil se transita por similares caminos, atesoro tu pérdida con cierta sabiduría. 

Tú el verdugo y el ángel, una visita que me acomete visceral y contradictoria. 

Somos mareas contrarias que un día se mezclaron presurosas. 

Lo que guardo de ti es un soplo en la costa... la eternidad es una constante, mirame voy desapareciendo.

Reanudación de Propósitos

Todos los momentos son una lucha, de microscópicas o tamañas magnitudes, encontrar el flujo preciso para no desbordarse o desequilibrarse, es la tarea ardua que empesinadamente emprendo. Si bien los anhelos, proyecciones y deseos están presentes, la acción en conjunto con la continuidad voluntariosa, me abandonan antojadizamente. No dudo de mis capacidades, ni talentos, pero existe un precio, que aún no asumo, cierta elocuencia magnética que me lleva a difarear. Hoy 23 de Julio, me prometo dibujar todos los días por un mes. Ya veremos los resultados ( de algo que me sirvan las clases magistrales :) )

Verdugo

Las cosas no suman, ni se reanudan. Una fuerza imperiosa busca cierta justicia, un ordenamiento cardinal.
Si no entiendo con la mente, entonces buscare en las partículas de mi piel, hay una historia tatuada que se prolonga en cada gesto.
 Eres cómplice por abandonarme, por no cumplir tus pactos y jactarte de un deseo fallido, que nos separo.
Conozco todas tus adivinanzas, hemos traspasado dimensiones ocultas, bosque - mar iracuando, perplejo.
Un remordimiento soplará constante, escuchalo y actúa...ella no se merece tu ausencia.

Me voy a paro, a huelga, viajo a Narnia...

Y si no quiero nada, nada más que borrarme de este cuerpo agrio, que exige cuidados, mimos y alimentos. El frío, junto al gris atmosferico inmovilizan. Estar en la divina cama para contemplar todas mis falencias, cerrar los ojos, dormir sin necesidad de netflix, plasmas o cine. Porque mis sueños son envolventes, casi reales, llenos de simbología y pistas misteriosas a develar.
La Diana se fue de viaje, dejo todo tirado, pensando que escapaba, cuando en realidad fue a encontrarse con ella misma, a esa otra dimensión, en dónde habitan fortalezas, encantamientos, amigos imaginarios. La esperan a tomar té, con galletitas de la suerte, en los parajes insondables del eterno retorno.

Vacía con un entramado culposo, elijo esta forma para transmutar. No hay elogios que me calmen, ni situaciones humorísticas a la hora de la verdad. Soy como ese sol en llamas y un cataclismo, el llanto y la ira acumulados me agotan hasta colapsar. No sé vivir y me traumo, no sé atender a este llamado interno, las palabras ya no emigran y mi canto se detiene.

Inexactitud

Quisiera hablar fuerte y claro, pero las cosas me marean con su silbido ensordecedor, con eso de que todo puede y no puede ser. Sigo aturdida esperando una confirmación. Frases atornillando al seso, mareas biológicas abordando una mueva sensación. Este es mi tiempo para volverme humana y en eso no hay justificación.
Me pierdo en nimiedades... Procurare saltar de la cama como un resorte, directo a la ducha y no quedarme inerte refugiada, en la calidez humeante del eterno stop. Alimentarme con esmero, sin bordear sonambula las noches -madrugadas, inventarme sentidos para soñar... recopilar dibujos y creer que existo por algo... Incluso para aquello: Fastidiarte.

El dolor es una mota de cal, que aparece y reaparece en la lucides temprana.
Juntábamos dialectos, apropiandonos de jerigonzas. Tu extraña abreviatura de silencios, soportaba levedades.
Mantente aquí _ susurrabas_ que los pasos de aprendiz, deben ser cuidadosos y bien ejecutados.
Porqué no me advertiste de la vastedad púrpura. Un gimoteo que parecía estrangular mis cuerdas vocales, me detenía. A quién le temes, me gritaste
_A la noche que adivina mis deseos_  A tanta luz que se extiende con criaturas ambiguas, a ese placer sospechoso que origina y acaba lamentándose.
 Negativas socarronas, los buitres nos espían y un páramo advenedizo, simula un ardid, bajo una llave relampagueante, que solo tú puedes coger.

Necia, por seguir la desvariación atolondrada de un primer amor. Pulsiones y arritmias, el cadáver se queda plasmado en la tierra.
Al tercero lo seguí inanimada, para acurrucarme en sus deseos, no fue necesario cortar las arterias, el chorro de sangre irrefrenable, bombeo hasta el final. Se enamoró de mi reflejo tardío, esa no era realmente yo. Le argumente sobre delirios falsos y me aleje cuál pérfida amante que abandona. Llevo huesos fracturados, colgajos de piel reclamando al hijo perdido, retasos de estrellas que resplandecen por nupcias irreales.
Si me concentro, puedo sentir el huracán que flota y reflota a cada momento. Para conjugar verbos debes repetirlos, para atravesar mi alma debes saber jugar a los espejos sin romperlos.