domingo, 14 de agosto de 2016

Dosis justa

Mientras tomo café y busco el vértigo necesario, voy reordenando este pequeño mundo de las cosas: La vajilla, los atuendos para el frío o el calor, los alimentos en los estantes, la sal gruesa que se apelotona, barrer el polvo y las migas de pan, que se transforman en pequeñas adivinanzas, sobre un camino a seguir para volver a casa.
Quiero toallas mullidas con aroma a detergente, suavidad y tibieza al sacar el pillama de polar, de la secadora de ropa.
Quiero amigos silenciosos que me abracen sin motivos aparentes, una ronda de buenos deseos y cordura.
 Prendo velas aromáticas, revuelvo los cajones, limpio el espejo sin ver mi reflejo.
Al otro lado está la Artista trabajando afanosa, le digo _ven, no me gusta este cotidiano, el desorden me acompaña, no soy diestra en estos afanes_ Ella muy concentrada dirige mi mano, susurrandome: ¡Ahora, es ahora!

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