que creo no soportar
pero luego estoy ahí, vivenciando doblemente lo temido
sorprendida, risueña,
con entereza o desparpajo,
ante la lucidez ancestral.
Claviculas adoloridas,
cuello tenso,
espalda contracturada,
ese palpito egoísta,
irradiando
días con tu ausencia,
con ese amor que pesa y cuestiona
Que atiende
noctambulas voces desenfrenadas
de tus bosques horizontales
Cuando creo entregarme al sosiego
Sin comprender
que soy más.
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